En septiembre de 1912 se trasladaron los cursos superiores de humanidades de Ehrenbreitstein a Schoenstatt, donde hasta el presente sólo estaban los cursos inferiores. Este suceso trajo una pequeña revolución. En Ehrenbreitstein había más libertad en la disciplina y el lugar era más amplio, casi romántico, pues la casa tenía apariencia de castillo y miraba al Rhin. Con el traslado se impuso una disciplina más rígida. La nueva casa no tenía ningún encanto para ellos: era un edificio donde no se sentían a sus anchas. Todo esto produjo una ruptura en las relaciones de confianza entre profesores y alumnos.
En estas circunstancias se creó el puesto de Director Espiritual para los jóvenes. El Padre Provincial Kolb pensó en el P. Kentenich, pero no se decidió a nombrarlo por no removerlo de su puesto como profesor donde desarrollaba una valiosa labor. El P. Kolb nombró sucesivamente a dos padres; pero ambos debieron abandonar sus puestos a causa de enfermedad. De este modo la Divina Providencia hizo que se pensara nuevamente en el P. Kentenich, quien fue designado en octubre del año 1912 definitivamente para el cargo. Así el Padre, al llegar a Schoenstatt, asume su nueva tarea.
Con este hecho se inicia propiamente la etapa en que Dios va a colocar al Padre Kentenich en el camino directo hacia la Fundación del Movimiento.
El domingo 27 de octubre de 1912 el nuevo Director Espiritual dio su primera conferencia a los alumnos. A la luz de desarrollo posterior se ha visto esta plática como el primer esbozo y anuncio de lo que luego tomará forma plena en Schoenstatt, por eso se le ha llamado ACTA DE PREFUNDACIÓN. El mismo P. Kentenich la tituló: "Programa".
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